jueves, 19 de junio de 2014

Las dos ranas - Dino Segre


Dos ranas que iban de paso cayeron en un recipiente lleno de leche. Después de llevar a cabo algunas tentativas para salir, una de ellas dijo:
—Las paredes son demasiado lisas; tienen una inclinación de 45 grados; la fuerza de propulsión de mis patas forman un paralelogramo en el cual A más B, multiplicado por C... dividiendo luego el producto por el logaritmo de... Sin contar con que Arquímedes ha dicho: Dos moi pu sto, kai kino ten ghen* y no tenemos punto de apoyo en esta materia fluida...
Como su compañera no daba muestras de creer en sus palabras, sacó la regla de cálculo y realizó operaciones complicadísimas, que demostraban que toda tentativa de salir estaba matemáticamente destinada al fracaso. Después se metió en el bolsillo la regla de cálculo y, con la pasividad de un estoico, se dejó morir.
La otra rana no escuchó sus explicaciones científicas y eruditas e hizo los movimientos más absurdos, más irracionales, violando todo lo que la matemática, la física y la mecánica han establecido. A fuerza de realizar toda suerte de movimientos desordenados, la leche se condensó bajo sus patas, y el animal se encontró apoyado sobre una pella de mantequilla, desde la cual fue fácil dar un salto.
La primer rana era una rana macho, la segunda una rana hembra.
Dino Segre (Pitigrilli)
*Dadme un punto de apoyo y levantaré el mundo

jueves, 12 de junio de 2014

Contracuentos I - Eduardo Mancilla


Después de un largo viaje montado en su corcel blanco, el príncipe azul encuentra a la bella durmiente, durmiendo. Sin dudar, posa sus labios en los de ella quién, en ese mismo instante, se convierte en sapo. El sorprendido joven, una y otra vez, besa al sapo con asco intentando retomar el argumento de la fábula. El sapo permanece impávido. Ofuscado, lo destripa de un pisotón, sube a su caballo y emprende viaje hacia otro cuento más amigable.

Eduardo Mancilla 
Letra chica 

jueves, 15 de mayo de 2014

El agua no pide permiso - Rubén García


El cielo arde, y del río quedan mojones de agua. No hay nubes. Sueñan los sapos bajo tierra con la lluvia, sólo sol y un maíz cabizbajo, pero en un estornudo… el día abre encharcado.
Los sapos dejan de soñar, y el maíz baila huapango con el viento.En ausencia de los santos, en el silencio de las lenguas, el agua llegó despertando los tambores dormidos del tejado. Todos salieron a mojarse y a sentirse purificados.
Rubén García 

jueves, 8 de mayo de 2014

Estancada - Belén Lorenzo


Le habían dicho que más allá de su charca existía un mundo habitado por princesas y príncipes que antes habían sido ranas, pero ella estaba segura de que todo eran cuentos.

Belén Lorenzo
Todas las palabras cuentan

jueves, 1 de mayo de 2014

Filtro de amor - Susana Revuelta


Deja caer el manoseado libro de recetas sobre la mesa de la cocina y se levanta una polvareda que le hace estornudar. Se restriega la nariz y con los dedos pringosos empieza a pasar páginas: a ver, a veeer… «Encantamientos», no; «Conjuros de muerte», tampoco; «Sortilegios», mmm. ¡Ah, aquí está! «Filtros de amor». Y con una risotada se entrega a la tarea.
«Un chorretón de sangre de cabra». Vaya, con la que está cayendo ahí fuera como para salir ahora de caza. Se acerca al gato y mientras le rebana el pescuezo continúa leyendo: «dos ancas de sapo machacadas». Sí, claro, en ir hasta la charca estaba ahora mismo pensando. Y esgrimiendo el hacha secciona las patas al murciélago, que cae de cabeza al suelo.
Pese a la improvisación, el mejunje va tomando consistencia al fuego, aunque falta una cosa que nunca podrá conseguir. Tijera en mano, recorta tres rizos de su pubis, doncellas no quedan ya. Bueno, nadie se dará cuenta, ¿quién cree en brujerías?
Se atusa las greñas, oculta torpemente la verruga, barre el suelo para comprobar el estado de la escoba: hoy es el día de la entrega en palacio.

Pero aquel rey nunca conseguiría asegurar el trono.

Susana Revuelta 

jueves, 24 de abril de 2014

En la casa del herrero - Leonardo Dolengiewich


Los cuchillos no eran de palo pero sí de plástico, de cotillón. Y no por dar la contra ni por seguir al pie de la letra el refrán, sino por la manía de uno de los niños, que ya había destripado un sapo, dos perros y a una tía abuela que había ido de visita.

Leonardo Dolengiewich

jueves, 10 de abril de 2014

SE BUSCAN RANAS, SAPOS, BATRACIOS...


Esta charca ha superado los 200 textos protagonizados por ranas, sapos y batracios llegados de muchos blogs amigos, encontrados por esos mundos literarios. Hasta Monterroso, además de dinosaurios, tiene una rana. 
¿Habremos llegado a llegar la charca? Yo creo, espero que no y pido vuestra colaboración. Seguro que más de uno tiene por ahí entre sus letras a un batracio que estará encantado de chapotear en estos lares. 
Además, pido disculpas si alguno se perdió por el camino, en el correo o en mi mala cabeza de estos últimos tiempos. Por favor, que vuelva a enviármelo. 

Os espero croando en : losjardinesdepuck@gmail.com

En todo caso, gracias a todos por haber dado vida a esta charca durante tanto tiempo y espero que nos siguamos croando.